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Las 10 noticias clave de la jornada
Los operarios de la empresa encargada del proyecto, retirando los escalones de la escalera mecánica. / AITOR
Las obras para la instalación de un ascensor en lugar de las escaleras mecánicas que durante años han ayudado a salvar la fuerte diferencia de cota entre las calles Errotaberri y San Roke ya están en marcha.
Esta actuación se ha iniciado con el desmontaje previo de algunos elementos de las escaleras antes de proceder a la retirada efectiva del conjunto de la estructura, para lo que será necesario el uso de una potente grúa. En concreto, se está desmontando, uno a uno, la inacabable hilera de escalones que permiten salvar los más de 15 metros que separan Errotaberri de la calle San Roke. Una vez finalizada esta labor, se analizará el estado de cada una de las tres piezas que forman el conjunto de la escalera para planificar la forma en la que se van a retirar. Si todo discurre con normalidad, esta operación se llevará a cabo a lo largo de la próxima semana con la ayuda de una potente grúa.
El proyecto para la retirada de las escaleras y su sustitución por un ascensor va a ocasionar algunas afecciones en la zona. El Ayuntamiento de Elgoibar es consciente de ello y ha anunciado que estas situaciones se irán modulando cada semana con el objetivo de molestar lo menos posible a los elgoibarreses. De hecho, algunos aparcamientos de la calle San Roke quedarán fuera de servicio y se prohibirá el paso por la escalera peatonal mientras se lleva a cabo la retirada de las escaleras mecánicas. Estas medidas y otras que se vayan a tomar más adelante se irán adoptando de manera puntual durante el desarrollo de la obra, aunque desde el Ayuntamiento ya han señalado que se informará previamente de los cambios y de las afecciones que vaya a haber a la ciudadanía con el fin de minimizar las molestias.
El proyecto será ejecutado por la UTE Urdinberri Viuda de Sáinz. Cuenta con un presupuesto de 457.322,78 euros (IVA excluido) y un plazo de ejecución de siete meses, por lo que se calcula que los vecinos podrán hacer uso del nuevo ascensor a principios de 2023. El ascensor salvará una diferencia de cota de 15,55 metros entre Errotaberri y la calle San Roke, y su materialización supondrá una mejora de la accesibilidad. A diferencia de lo que sucede con las escaleras mecánicas, podrá ser utilizado también por personas con movilidad reducida.
Contará con una cabina de 1,1 metros de ancho, 1,4 metros de fondo y 2,1 metros de altura. Tendrá capacidad para ocho personas y un peso máximo de 630 kilos. La cabina se ubicará en una estructura de hormigón visto en forma de U y contará con un cerramiento acristalado en su parte frontal. El ascensor se levantará a la altura de los pilares que sustentan las escaleras fijas existentes en la zona y salvará la distancia que lo separa de la calle San Roke con una pasarela metálica de 8,33 metros de longitud.