La tecnología que acabará con la circulación de patinetes eléctricos por las aceras

2022-04-21 10:02:24 By : Ms. Joshua Hong

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Una cosa es la teoría y otra la práctica, dos conceptos que aunque debieran casar no siempre consiguen ir de la mano. Si bien el pasado 2 de enero entró en vigor la normativa que prohíbe la circulación de patinetes eléctricos por las aceras y zonas peatonales a día de hoy sigue siendo aún muy frecuente ver a estos vehículos de movilidad personal (VMP) desplazándose con total impunidad por los espacios reservados a la circulación de peatones.

El conflicto entre viandantes y usuarios de patinete eléctrico sigue más vivo que nunca. De hecho, la invasión del espacio reservado para aquellos marca el mayor grado de desavenencia entre los dos colectivos. Así lo reflejan las encuestas más recientes. La intolerancia se ha acrecentado a medida que han ido proliferando estos vehículos por las calles de las grandes ciudades y su progresiva implicación en accidentes, algunos de ellos mortales. En Barcelona, por ejemplo, en 2020 los siniestros con patinetes eléctricos implicados aumentaron casi un 80% en comparación con el año anterior.

Los controles para que los conductores de los patinetes no se salten las normas son todavía insuficientes. Los ayuntamientos han empezado a multar a los usuarios que infringen la normativa, pero la falta de medios impide que puedan cazar a todos los infractores. El hecho de que los patinetes carezcan de matrícula dificulta que las autoridades hagan uso de otros medios de control más eficaces, como los tecnológicos, para evitar que los patinetes eléctricos campen a sus anchas por las zonas donde no deben circular.

Una usuaria de un vehículo de movilidad personal, desplazándose por el espacio reservado para los peatones 

Crear un sistema de alertas sonoras para impedir que los usuarios de los MVP utilicen las aceras y zonas peatonales para desplazarse es lo que está probando la compañía de transporte eléctrico compartido Bird. Aunque es algo realmente complejo, los primeros ensayos realizados en las ciudades estadounidenses de Milwaukee y San Diego están siendo positivos. La siguiente localidad elegida para llevar a cabo el experimento es Madrid, que a principios de 2022 se convertirá en la primera ciudad europea donde se pondrá en práctica el ensayo.

El mecanismo que prueba de momento en su país la compañía estadounidense permite detectar el lugar por donde circula un patinete eléctrico. Si detecta que lo hace por la acera o por otra zona donde no está autorizado emite una alarma sonora para advertir al usuario que está infringiendo la normativa. De este modo el conductor tiene la opción de rectificar y desplazarse por un lugar autorizado. Pero si no hace caso de la alarma, el vehículo pierde potencia de forma gradual hasta detenerse de forma segura evitando así que siga circulando por la acera o área peatonal.

La tecnología que Bird utiliza para colocar un ‘chivato’ a sus vehículos de movilidad personal ha sido desarrollada de forma conjunta con la firma suiza u-blox. Recibe el nombre de Smart Sidewalk Protection (protección inteligente de aceras) y consta de un sistema de GPS de alta precisión cifrado de extremo a extremo que es mucho más rápido y preciso que los receptores de navegación tradicionales.

Los desplazamientos en patinete eléctrico deben realizarse por la calzada y el carril bici, nunca por la acera 

Gracias a este sistema que incorporan los patinetes de Bird, los conductores reciben una alerta sonora y una notificación en el teléfono móvil cada vez que circulan por la acera. Si siguen en su empeño no podrán llegar mucho más lejos, ya que se activa un sistema mediante el cual el patinete dejará de funcionar.

La elección de Madrid para probar esta nueva tecnología responde al hecho de que es una de las principales ciudades europeas en las que opera Bird. La compañía de patinetes eléctricos compartidos ha renovado recientemente la concesión para seguir prestando sus servicios en la capital española. 

Además de hacerlo en Madrid, Bird también cuenta con bases operativas en las ciudades de Tarragona y Zaragoza y hasta hace pocos meses también en Málaga, donde ha dejado de prestar servicio al negarse a firmar una declaración que certificara que sus vehículos cumplen la normativa dictada por la Dirección General de Tráfico (DGT). En julio, la empresa norteamericana celebró los tres millones de kilómetros recorridos por sus usuarios españoles.

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