El Servicio de Axuda no Fogar de Ferrol, el SAF, presta asistencia en sus domicilios a aquellas personas, con dependencia reconocida o no, que necesiten ayuda para continuar viviendo con autonomía en sus casas. El servicio, que presta en régimen de concesión la empresa Clece, contribuye a que los vecinos de Ferrol puedan tener una mejor calidad de vida sin tener que dejar sus hogares y pudiendo seguir residiendo en sus entornos.

Antonia López es usuaria del SAF «desde hace ya muchos años, por lo menos 5 o 6». Vive en un primer piso sin ascensor, en una casa que no tiene demasiadas facilidades para que pueda desplazarse y valerse por si misma. La persona que la asiste en su domicilio es Ángeles López, trabajadora del SAF que se encarga también de otros tres usuarios. Ella es quien cumple con las tareas domésticas que Antonia, a sus 87 años, ya no puede asumir, como por ejemplo «fregar el suelo, planchar la ropa o hacer determinados recados». Además, Ángeles también la ayuda en cuestiones como el aseo personal, ya que el cuarto de baño de Antonia no resulta lo suficientemente accesible: «Tengo una bañera y para mi es muy complicado asearme sola», explica. El aseo diario es una de las tareas cotidianas en las que personas como Antonia pueden necesitar más asistencia. Las bañeras o los cuartos de baño de tamaño reducido pueden ser obstáculos muy limitantes, que se suman a los problemas de movilidad de cada persona, pero que una asistente como Ángeles puede ayudar a solucionar.

Como usuaria, Antonia está muy satisfecha con el servicio que le vienen prestando durante todos estos años, y comenta entre risas que tiene pensado «seguir usándolo hasta el día en que me muera». La clave no está solo en la ayuda para las tareas domésticas o para el aseo diario, que son esenciales y la razón de ser del SAF, sino también en el simple hecho de tener a alguien en casa todos los días. Ángeles lleva ya años trabajando en el domicilio de Antonia, y la relación que tienen ha ido cogiendo más confianza con el paso del tiempo. Para que esto ocurra es fundamental que la persona que presta el servicio sea la misma la mayoría de los días, para que trabajador y usuario puedan acostumbrarse el uno al otro y conocerse mejor. Ese es el caso de Ángeles, que ya lleva años con Antonia

La usuaria destaca como uno de los principales valores del SAF que «Ángeles además de ayudarme me hace mucha compañía, que es algo muy importante porque la soledad es muy mala». Durante el tiempo que están juntas, hablan, se cuentan cosas y se ponen al día. Aunque Antonia recibe visitas de sus hijos y está muy apoyada por ellos, comenta que «durante el día a día Ángeles me hace mucha compañía». Se teje así una relación de confianza que ya es uno de los puntos fuertes de este servicio.

Botón de Cruz Roja

Además del SAF, Antonia también es usuaria del botón rojo de la Cruz Roja, un dispositivo que tiene a su disposición en todo momento y que puede accionar si tiene una emergencia para la que necesite ayuda urgente. Como ella misma explica, «lo llevo siempre colgado del cuello y si me pasa algo solo tengo que pulsarlo y al momento me envían a alguien para ayudarme». De hecho, recientemente sufrió una caída y un fuerte golpe estando sola en casa, por lo que echó mano de este botón rojo para pedir ayuda y rápidamente contactaron con ella para enviarle asistencia. En situaciones como esta en las que no hay nadie en casa, ayudas como el botón rojo pueden resultar de vital importancia.

Para Antonia, la ayuda que recibe del SAF es fundamental para poder residir en su casa con una cierta autonomía, sin cambiar su estilo de vida más que lo imprescindible. Además, la relación que ha construido con Ángeles es un gran valor añadido.

© Copyright LA VOZ DE GALICIA S.A. Polígono de Sabón, Arteixo, A CORUÑA (ESPAÑA) Inscrita en el Registro Mercantil de A Coruña en el Tomo 2438 del Archivo, Sección General, a los folios 91 y siguientes, hoja C-2141. CIF: A-15000649.